*
Dime que esa sangre
no es mi corazón que se pudre
y baja por mis piernas,
Dime que está amaneciendo
y que ha pasado la tormenta, aunque sea
mentira
y queden seis meses de penumbra.
Dime que mis poemas valen algo, aunque sea
mentira
y yo los haya dejado morir.
Dime que cuando crezca
tendré raíces de las que sustentarme, aunque sea
mentira
y sea igual que ahora,
que me alimento de descargas eléctricas.
Dime que las mariposas que sobrevuelan mi cabeza
me quieren a mí, aunque sea
mentira
y solo sea vómito de otros.
Dime que sigo respirando, aunque sea
verdad
y necesite un último calambre.
*
De tu muerte nace mi sangre.
Cuida de mi piel cuando yo no esté para hacerlo.
Cuida de mi piel cuando yo esté
conectada a unas máquinas:
respiración electromagnética.
Cuida de mis libros en mi
ausencia:
no se los dejes a nadie,
o bien regálalos todos.
Toca la espuma de mi cadáver cuando
esté a punto de chocolate
y cuando eclosione,
monta una fiesta a la que acudan
todos los gatos de la zona:
esa es mi familia
esa es mi culpa
esa es mi muerte.
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