Yo no nací loca, culpo al mundo y al internet.

Nací a las 3 de la mañana,
cuando las brujas hablan
y mueven sus manos
en el desierto único
del vientre estrecho.


Nací de madrugada
como los perros con lagañas,
del vientre inundado de una ballena
en medio de un mar seco,
espuma evaporada
aullido del mar en las rocas.


Mi vocación no existe
culpo al cielo y al internet,
mi cachondeo adolescente
la juventud y el internet,
hay un pájaro estampado en la pantalla,
cosmosatómicotípicolírico.


Nací un miércoles porque
google me lo dijo:
“calendario 1992 México”
no culpo al internet.


Pienso
que la locura no es mía
sino de alguien más a quien debo culpar porque no soy yo
ni debo serlo,
la habitación del tiempo,
la locura no es mía.


Nací y ellos temieron al grito
golondrina púrpura en llamas
nos dio miedo la vida,
como el dolor en un pecho que se asfixia muriendo
el parpadeo último o primero.


La vida es dolorosa
como un apretón de huevos,
aunque yo
no conozca el dolor un apretón de huevos,
pero me imagino.


Mi madre le teme a mi vida,
me borra de los ojos sus ojos y me dice
alguna grosería con ternura y coraje
ella culpa al padre y a internet
no hay otro camino,
y me odia a veces
y me da comida a veces
y me extraña a veces
y me exige a Dios a veces,
y me dice que nací con otro rostro que no es este,
enterregado y seco
como un cactus vivo,
sangre de salvia caliente,
ella me llamaba “cebollita”
en el poema perpetuo.


Nací un miércoles a las 3 de la mañana
y no culpo a nadie
porque así es la vida,
como un apretón de huevos que duele
pero no sé cuánto,
como una canción de 0:30 segundos
con doble pedal
y golpes,
como saber que el punk no ha muerto y es la vida
y la verdad,
como duele nacer en 1992
o en cualquiera.


Como culpar la imagen de mi madre en mi rostro
y llorar de histeria,
como saber que son las 3 de la mañana
y escribo este poema
y no pasa nada,
y la culpa no es de nadie.


 
 


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