Aprendí
tus ojos no mienten tu lista de
mujeres el número de orgasmos la zona prohibida de tu alma la poesía que no era
para mí a llorar por dentro amarme un poco más estar sola esperar probarse
hasta lo prohibido abrazarme en tiempos difíciles ser sincera no preguntar
cosas que me dolían después caminar sola ver el placer del otro que la ausencia
es la mejor forma de escribir que te libero pero te recuerdo compartir un vino
y una pena reír con la boca abierta y sin miedo amar mi cuerpo encontrar el
romance que una mujer puede darte escribir sin pensar a sentir y plasmar
Aprendí a compartir la cama y no
el corazón.
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