Zue en la escalera del mundo.

Hola,

te hablo desde adentro,

soy yo, 

la pequeña desnuda  que nunca has 
querido ver
con los ojos abiertos,

y es que da lástima
ver las excoriaciones de su cuerpo
que dan hasta la espalda.

Vamos, 
no tienes que sonreír,

el mundo no es un lugar lindo
para hacerlo,
sabes que es la cárcel, 
sabes que esto no es algo por
lo que debas sonrojarte.

Te hablo desde adentro,

soy yo, 
en el suelo,
haciendo metamorfosis con 
las partículas de tu lengua.

soy azul, o gris, o negro,

¿comprendes lo que digo?

El mundo tiene lunares imposibles,
es un bucle, 
qué sé yo,

puedo decirte,
aquí es donde el sol se pone
y tú despiertas. 




*

He estado esperando por mucho tiempo
que algo dentro de ti sé quiebre
porque si me ves bien,
parezco un lego y te aseguro que estar
así no es agradable.
Intento acostumbrarme a que me
olvides por largos días, y en esos días,
intento no parecer tan torpe.
Intento que no me importe que me
olvides, que no me importe que jamás
seré más fuerte que tu pared de hielo.
Desde aquí,
como he mencionado otras veces,
soy una espectadora, un peso muerto, aguanto frío.
Que alguien te cuente de lo mucho
que te quiero, y de lo ridículo que se
puede ser diciendo esto.
Quizás ni te enteres,
pero te deseo buena noche.
Estoy cansada y además tengo hambre.

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