Caparazón-Naranja.




Me tomó de la mano y me advirtió que si me volvía a soltar de la suya me dejaría atrás y no volvería, observé su rostro enrojecido y las gotas de sudor que se deslizaban por sus mejillas, yo llevaba puesta mi camiseta favorita: de color naranja con una tortuga ninja en el centro, la sentía mojada y fría debajo de los brazos, me disgusté. Caminábamos rápidamente por una calle muy parecida a las otras, me sentía desesperado de seguirla, tropecé con un agujero pequeño en el suelo y mi madre volteó a verme enfadada. Se escuchaban gritos por todos lados que ofrecían fresas, arroz, pollo, películas, tacos, mangos, etc.; la mezcla de olores hacía que me doliera la cabeza. Nunca me ha gustado acompañar a mi madre al mercado. Desee que no fuera sábado, nadie podía quedarse en casa cuidándome, acababa de entrar a segundo primaria, con edad suficiente para quedarme solo, pero nadie parecía entenderlo. Una hora después, cuando terminamos de comprar todo, vi que mi madre actuaba extraño, bajó la cabeza y me dio instrucciones para bajarla también y seguirla aún más de prisa, parecía estar ocultándose de alguien,intenté tomar su mano pero no pude, voltee a ver un puesto con láminas y tablas de madera, en donde había colgada una camiseta roja con una tortuga ninja en el centro y cuando giré de nuevo la cabeza, mi madre había desaparecido, empecé a sentir que no podía respirar, observe a mi alrededor e identifiqué el único par de pantalones deportivos que mi madre poseía, corrí hacia ellos y encontré a mi madre de la mano de un niño ajeno con una camiseta naranja que la observaba confundido, reí tan fuerte que mi madre reconoció mi risa y volteó, se veía distraída, observó al niño que llevaba de la mano y lo soltó inmediatamente, al instante el niño corrió alejándose de nosotros. Le sonreí a mi madre, quien no pudo evitar sonreírme también.Estábamos por llegar al auto estacionado en una calle anexa y empecé a sentirme aliviado, escuché que alguien decía mi nombre y giré la cabeza, era mi amigo Chris, del colegio, me acerqué a saludarlo a él y a su madre, pensé que lucían muy distintos a mi madre y a mí, pues su ropa estaba limpia del todo, no parecían haber sudado y los dedos de sus manos no lucían rojos por estar cargando bolsas con alimentos toda la mañana. Mi madre se mostró molesta y un poco decepcionada al notar que nos habían visto; movía los dedos de sus manos sobre su cabeza y entre su cabello como intentando modificar su peinado, se dio por vencida y se acercó a saludarnos. Mientras mi madre y la madre de Chris entablaban una conversación sobre el extraño clima de Quetzaltenango, llevé a Chris al puesto en donde se encontraba la camiseta roja con una tortuga ninja en el centro, le enseñé la mía y me dijo que sería genial que los dos tuviéramos camisetas parecidas, le gustó tanto la idea que llamó a su madre, quien tras despedir amablemente a la mía se acercó a nosotros y, viendo la camiseta que Chris quería, detuvo su vista en mí,observó mi camiseta favorita, luego observó a Chris y, negando con la cabeza disgustada, arrugando un poco la nariz le contestó: “Esa no”. Cuando llegamos a casa, después de ayudar a mi madre a colocar los alimentos en su lugar, escuché que mi madre le discutía a mi padre sobre algo que tenía que ver con cómo lucía hoy la madre de Chris, y que al mismo tiempo tenía que ver con el hecho de que poseía solo un par de pantalones deportivos, luego la escuche discutirle sobre la manera en que la había observado y que siempre era lo mismo cuando llegaba por mí al colegio, no entendí cómo una cosa se relacionaba con la otra.

Pasó el fin de semana, era lunes por la tarde, me encontraba en la casa de Chris, aún se sentía el olor a espagueti con queso fundido y pan recién hecho del almuerzo, el patio de su casa era muy grande, así que podíamos jugar libremente en él. Aún no era hora de que mi madre llegara por mí cuando el portón de la casa de Chris se abrió y la camioneta nueva de su madre entró, paso al lado de nosotros y le dijo a Chris que le tenía una sorpresa, Chris extendió las manos y su madre le dio una bolsa de papel con un logotipo que no identifiqué, Chris la abrió y dentro había una camiseta roja con una tortuga ninja en el centro, Chris se quitó la que tenía puesta y se la puso de inmediato, su madre le quitó la etiqueta y Chris me dijo que podíamos jugar a ser tortugas ninja ahora que nuestras camisetas se parecían. Recordé que la mía no traía una etiqueta colgando de una manga cuando me la dieron, tal vez la camiseta nueva de Chris era mejor de alguna forma que la que había en el mercado y por eso su madre no se la había comprado, de pronto empecé a entender las discusiones de mis padres.

Creía que los caparazones de las tortugas ninja eran todos igual de fuertes pero tal vez, el caparazón rojo era mejor que el caparazón naranja.








4 comentarios:

  1. ¡¡Hermoso!! La narrativa es muy buena y el mensaje de fondo es profundo y muy real.

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  2. Es muy entretenido y mut fácil de leer

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  3. Me gusta. Realmente actual y fascinante

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  4. ¡Excelente!, muy entrtenido y con una buena secuencia. ¡Felicidades!...

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